09/02/2010

La fiebre en el niño: ¿qué hacer?




La fiebre en los niños es la causa más común de demandas de servicios médicos, y es la principal preocupación de los padres. Sin embargo, en más del 90% de los casos, no es peligrosa.

La fiebre es la respuesta del cuerpo ante una situación de lesión o “ataque”, como por ejemplo una infección.

En el cerebro existe un sistema de control de la temperatura corporal que se mantiene estable entre 35,5 y 37 grados centígrados. Sin embargo, si una bacteria invade el cuerpo de su hijo, las defensas responderán produciendo una sustancia química que eleva la temperatura. Esta elevación promueve una aceleración de los procesos metabólicos para aumentar la producción de anticuerpos y activar las células de defensa. De esta forma, la fiebre representa que el cuerpo está funcionando correctamente en la lucha contra esta infección.

Por lo tanto, cuando el niño tiene fiebre significa que se está defendiendo contra cualquier infección, lo que es una buena señal. Pero los padres generalmente no los entienden de esta manera y ello genera mucho miedo y ansiedad.

El motivo de esta gran preocupación es la llamada “convulsión febril”. Este es un cuadro donde el paciente desarrolla una crisis convulsiva, como un ataque, en el momento en que tiene fiebre. Es muy importante saber que la convulsión febril no depende de la intensidad de la fiebre, es decir, puede suceder cuando la temperatura es de 40 º C o incluso cuando es de 37.8 ° C. Además, no hay nada que pueda prevenirla, es decir, el niño que está predispuesto, evolucionará con una crisis, independientemente de la temperatura o las acciones de los padres.

Si esto le sucede a su hijo, ¿qué debe hacer? Contacte inmediatamente a una ambulancia o lleve al niño al servicio de emergencia más cercano a su casa.

Una vez que en hospital el niño reciba oxígeno y sea sedado con los medicamentos adecuados, rápidamente volverá a la normalidad. No obstante si la crisis excede de diez minutos, será considerado como grave y el niño permanecerá hospitalizado.

Por lo tanto es muy importante que su hijo siempre sea evaluado por el pediatra, porque sólo él puede identificar, si es una convulsión febril o un síntoma de meningitis.

La meningitis es otra enfermedad que asusta a las familias. Es una infección del revestimiento del sistema nervioso y puede ser fatal. Los síntomas son fiebre alta, vómitos, dolor de cabeza y a veces manchas púrpura en la piel, dolor en los movimientos del cuello y convulsiones.

Además de los casos anteriores, la mayoría de las otras causas de fiebre no son graves o fatales.

Sin embargo, cuando la fiebre se produce junto con los signos y síntomas que nosotros llamamos “alarma”, el niño necesariamente debe ser examinado por el médico. Estos síntomas son: fiebre prolongada por más de 3 a 4 días, dolor abdominal, vómitos frecuentes, orina de color rojo, falta de aliento, apatía y llanto inconsolable. En tales casos, la causa de la infección puede ser más grave y es necesario realizar pruebas y tratarse adecuadamente.

Dra. Rosana Carbone Marques
Licenciada por el General Medical Council – UK
Especialista por la Sociedad Brasilera de Pediatría

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